Woody Allen cumplió 90 años entre elogios y cuestionamientos: cómo pasó del prestigio a la cancelación

Woody Allen supo convertirse a lo largo de su carrera uno de los autores más singulares e influyentes del cine contemporáneo. Sin embargo, hoy su figura tiene una doble cara, a causa de polémicas que derivaron en una cancelación de la que no pudo salir. Por eso hoy, a sus 90 años, Hollywood le da la espalda.

Años antes de esta era de sombras, Woody Allen comenzó su carrera escribiendo guiones y como humorista en la televisión. Aunque recién en 1960 empezó a resaltar entre el montón, cuando su obra empezó a relacionarse una comedia nerviosa, neurótica y con guiños intelectuales. Fue justamente esa voz tan personal la que lo llevó a dirigir -y muchas veces protagonizar- decenas de películas con su inconfundible sello.

A lo largo de más de medio siglo generó un puñado de clásicos indiscutibles: filmes como Dos extraños amantes, Manhattan o Medianoche en París lograron convertirse en clásicos instantáneos, que hasta la actualidad se mantienen vigentes entre los cinéfilos.

Pero esa luz de reconocimiento convivió siempre con una sombra. Por diferentes circunstancias, especialmente en las últimas tres décadas, su nombre quedó inevitablemente ligado a acusaciones que dividieron la opinión pública, a la reticencia de parte de la industria y a un debate moral profundo.

Su obra comenzó a ser revalorada, pero también reexaminada desde una óptica crítica e incómoda. Muchos decidieron anularlo completamente y condenar a todo aquel que volviera a trabajar con él o defenderlo. Aunque, para otros, el Allen de la vida privada debe separarse de su arte.

A fines de los ’90, cuando se hizo pública su relación con Soon-Yi Previn -hija adoptiva de su entonces pareja Mia Farrow– con unos 35 años de diferencia entre ambos, muchos ya comenzaron a mirar con recelo la persona de Woody.

Más tarde, vinieron las acusaciones de abuso sexual, formuladas por su hija adoptiva Dylan Farrow, quien denunció que de niña había sufrido abusos por parte de Allen. Esa acusación, que nunca derivó en una condena penal, abrió un debate largo, doloroso y polarizado que transformó la percepción de su legado.

En 2021, la serie documental Allen v. Farrow (disponible para verse en la Argentina en HBO Max) revivió ese caso, expuso testimonios, grabaciones, carpetas judiciales, versiones contrapuestas, y volvió a poner sobre la mesa la pregunta ética sobre si el arte puede -o debe- separarse del autor.

Muchos colegas de Allen decidieron distanciarse de él, negarse a trabajar con él, y su nombre fue dejando de aparecer en convocatorias. Para muchos, un exilio total de Hollywood.

Ese alejamiento de buena parte de la industria estadounidense, sumado a la estigmatización social, marcó lo que hoy muchos describen como su “cancelación, que frenó el estreno de algunas de sus películas en los Estados Unidos y provocó la baja de varios contratos que tenía cerrados.

A pesar de las controversias, Woody Allen no colgó la cámara. En 2023 estrenó su película número 50: Golpe de suerte. Aunque si hay que destacar que el filme se hizo en Francia, con actores europeos y no estuvo bajo el ala de Hollywood.

Además, en 2025 publicó su primera novela, ¿Qué pasa con Baum?, una obra literaria que recuerda mucho a su esencia tan característica como director, a la que él mismo describe como “una carta de amor a Nueva York”.

Y aunque muchos famosos, como Timothée Chalamet, Kate Winslet y Natalie Portman, aseguraron que nunca volverán a trabajar con el por las denuncias que recibió, como quedó a la vista, otras personas influyentes de la industria del cine todavía están dispuestas a abrirle las puertas.

Gracias a su increíble lucidez mental -y a pesar de que habla más pausado y su audición ya fue disminuida- todavía admite que tiene ganas de seguir haciendo películas, pero sólo si consigue el financiamiento. “Siempre tengo problemas con la financiación porque quieren saber de qué trata la película y qué estrella va a actuar. Y yo no quiero tener que debatir nada de eso”, explicó en una entrevista reciente con el país.

Con este panorama, en los últimos meses, Allen firmó un acuerdo con el gobierno español para rodar su próximo filme en Madrid, del que todavía no se saben muchos detalles. Para hacerlo recibió un millón y medio de dólares, bajo la condición de usar el nombre de la ciudad española en el título y mostrarla en todo su esplendor. Según lo que trascendió en varios medios internacionales, tiene que terminarse para finales de 2027.

Sea como sea, con 90 años, Allen es, para muchos, un genio irrepetible cuyas películas marcaron una época; para otros, un símbolo de debates pendientes sobre moral, poder y responsabilidad. Lo que sí está claro es que, como pueda, seguirá haciendo arte hasta sus últimos días.