Living Color recuerda su debut argentino, repasa la influencia de Led Zeppelin y celebra la llegada de Mamdani


Living Colour, una de las bandas pilares en la historia del rock alternativo, nunca necesitó excusas para presentarse en Argentina; sus integrantes adoran nuestro país y gozan acá de un culto de gran valor emocional. Aún así tienen un leitmotiv de peso para su próxima visita y es el hecho no menor de estar cumpliendo cuatro décadas como banda.
Sus presentaciones serán el 24 de febrero en el C Art Media de CABA, aunque antes estarán el 22 en el Ríos Craft Beer de Mendoza y luego el 5 de marzo en Biocenes Arena de Rosario.
Living Colour, una de las bandas pilares en la historia del rock alternativo. Foto de prensa 2025Esta nueva visita será casi 33 años después del debut de la banda de Vernon Reid (guitarra), Doug Wimbish (bajo y coros), Will Calhoun (batería) y Corey Glover (voces) en el estadio Obras, evento mítico en el que la banda presentaba su disruptivo álbum Stain, abriendo un portal enigmático en el que el metal, funk y punk copaban el aire no exentos de africanismo y guiños progresivos pero tocados a pura sangre, con adrenalina gobernante.
De aquel recordado evento, el cantante Corey Glover, poseedor de un talento indiscutible con su voz y una enigmática forma de dar entrevistas (en este caso, rara vez miró a la cámara de su dispositivo) recuerda algo claro: “Lo primero que se me viene a la cabeza cuando pienso en aquella primera visita a Buenos Aires es el skateboarding. ¡Sí!. La primera vez que fui estaba paseando y conocí a un montón de skaters. Y… empecé a patinar por Buenos Aires. Y pensé que era lo más divertido que había hecho fuera de mi país en mucho tiempo. ¡Wow! Patinar fue genial, simplemente patinar por ahí. Solo patinar”
-¿Es lo único que recordás?
-Bueno, y que había muchísima gente en el show. No esperaba que hubiera tanta gente en el primero. Lo pasamos genial. Lo pasamos muy, muy bien. Siempre parecía haber una especie de multitud de gente alrededor nuestro. Salimos del recinto en una furgoneta y decenas de coches nos seguían. Era como “Simplemente volvemos al hotel a dormir, por favor”. No somos de ir de fiesta, no hacemos ese tipo de cosas. Así que esperaba solo volver a nuestras habitaciones a dormir, pero siempre todo era emocionante. La comida siempre era increíble. Las vistas y los sonidos de la ciudad siempre eran geniales. Es muy, muy divertido.
-¿Qué tal trabajar durante 40 años con casi el mismo grupo de personas? Porque solo cambiaste de bajista una vez.
-Es como tener un trabajo realmente bueno, ¿sabés? Un trabajo que te gusta, lo cual es muy raro. Estar en una situación así, sin tener ningún parentesco con estas personas y aun así querer estar cerca de ellas, es algo muy interesante. Absolutamente.
Living Colour mantiene prácticamente la misma formación hace 40 años, solo con un cambio de bajista. Foto de prensa -Y si tuvieras la oportunidad de cambiar algo en la carrera de la banda, ¿lo harías?
-No, no. No creo que pudiera, ni siquiera queriendo. Hay muchas cosas que necesitaban cambiarse, hubo que aclarar algunas cosas. Pero nunca hubo tiempo para hacerlo, todo se movía muy, muy rápido.
-¿Cuáles fueron las claves para que Living Color se convirtiera en una gran novedad en los años ’80 y siga siendo relevante hoy?
-Lamentablemente nada ha cambiado. Las cosas siguen igual. Y como siguen igual, seguimos existiendo. Existimos para, de alguna manera, documentar la vida y la época de nuestras vidas. Afortunadamente, eso conecta con otras personas y, mientras el mundo gire, seguiremos hablando de por qué y cómo gira.
La escena en Nueva York
-Nueva York es una especie de patio trasero para Living Colour. Un martes cualquiera se te puede ver a vos tocando en Brooklyn y a Will, Vernon o Doug hacerlo en Manhattan u otro distrito ¿Qué crédito tiene esa escena en la música del grupo?
-Tu lugar de origen te da un punto de vista, y todos nosotros somos de distintos lugares: Will es del Bronx. Yo soy de Brooklyn. Doug vive en Connecticut. Vernon vive en Staten Island. Y cada uno de esos lugares tiene su propio encanto, su propio sabor. Y eso es lo que se convierte en parte de la mezcla que creamos cuando hablamos musicalmente. Y también tenemos muchas cosas en común. Todos tenemos hijos. Todos, ya sabes, crecimos de forma muy similar. Pero hay algunas diferencias sutiles que enriquecen la mezcla. Es genial.
Living Colour logró unir metal, funk y punk con un estilo distintivo y único. Foto de prensa -Nueva York hoy parece ser una ciudad mucho más plástica y genérica que antaño. ¿Cómo ves la música y el arte en general, creés que el arte y la cultura siguen siendo relevantes? CBGB ahora es un festival y una plataforma digital, pero no un lugar físico.
-Sí, todavía hay muchos lugares donde podemos ir a ver bandas. Hay muchos clubes en Brooklyn, hay muchos clubes en Manhattan. Todavía se puede tocar en ellos. The Bitter End sigue existiendo. Hay un montón de locales en Bleecker Street. Todavía puedes encontrar algún sitio para tocar. Y mientras haya lugares como Nueva York, no se trata solo de la cantidad de locales que existen en Nueva York. Nueva York es un hervidero de opiniones… Ahora con lo de Mamdani hay una sensación de optimismo. Así que ese optimismo estoy seguro de que también hará lo suyo en el plano musical.
-¿Cómo empezó tu interés por el rock pesado y el heavy metal?
-Simplemente escuchando discos de Led Zeppelin. Eso te sube la adrenalina y te dan ganas de hacer algo. Lo mismo pasa con toda la música enérgica. La primera vez que escuché Bad Brains y el hardcore, me conmovió. Me impactó. Y Black Sabbath, todo eso me conmovió y me inspiró
-¿Había algún tipo de prejuicio en ese momento sobre los blancos que escuchaban hip-hop, por ejemplo, o los negros que escuchaban heavy metal?
-Sí. Pero nosotros queríamos romper con las convenciones, sin importar nada. Es como… Nunca le vi sentido a la frase “Esta música no te pertenece”. ¿Qué quieres decir con “esta música”? ¿Qué quieres decir con que la música no me pertenece? ¡Todo me pertenece! Porque si la creo, me pertenece. Y eso era lo más importante para mí: sentía la misma agresividad y frenesí que transmite toda la música que escuchaba. Me identifico con eso, con una canción como War Pigs. Me identifico con todo ese tipo de cosas. Entonces, ¿por qué no puede ser mío también?
Living Colour. Foto de prensa 2025-Hace poco sacaste un nuevo disco como Corey Glover’s Universe, llama la atención lo agresivo y enérgico que es. ¿De dónde viene esa inspiración en este momento de tu vida?
-Viene de… ya sabés, sigo mirando al mundo y me frustro. Todavía no estoy satisfecho… No estoy satisfecho con cómo se ve el mundo, cómo se siente, ni con dónde estoy en mi vida. Todavía tengo esas frustraciones. Todavía soy un novio horrible. Todavía estoy, ya sabes, tratando de entenderlo todo. Todavía lo estoy entendiendo, eso es todo. A veces me enojo, otras me emociono mucho.



